lunes, 8 de junio de 2009

All Blues 2 - Efervescències 4

El resumen:
Algo hay de bueno en perder contra los colistas, los vicecolistas o los primos bizcos de los colistas: te devuelve a la tierra, te demuestra que no todo el campo es orégano, te lleva a valorar con mayor intensidad aquellas pequeñas cosas que funcionan en la vida... Esta introducción estaba encaminada a hablar del triplete y no del lamentable partido de esta noche. Pero el triplete se encuentra ya demasiado lejos para lo lamentable que ha sido el partido. Así que dejemos que la ley de la gravedad siga su curso y sentemos que Efervescències ganó con justicia. Básicamente porque quiso jugar a algo y supo cómo hacerlo. All Blues, por su parte, fracasa match a match en ataque. Una jugada se trenzó, una, la del primer gol. El resto, un desierto. Chuts lejanos a la tercera gradería, centros constantes al segundo palo cuando en la vida hemos marcado de cabeza, un desbarajuste de primer orden a la hora de mover el balón... Y, con el equipo nuevamente roto en dos partes, llegaron los consabidos desajustes defensivos. ¿Hemos dicho ya que la cosa fue lamentable? Pues si tanto nos repetimos, toca cambiar de sección.

El hombre:
Roger "tuve que multiplicarme y al menos algo sumé" Urpí, por sus dos tantos.

La frase:
"No lo entendéis: el fútbol es una estética. Dadme una falta y meteré el mundo por la escuadra. Y no os confundáis: ¡el balón es mío, mío, MÍO!" - Antonio "pienso todo esto mientras caracoleo" Lozano, en efecto pensando todo eso mientras caracoleaba.

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